SINOPSIS
"Hace exactamente un año que Pablo Rouviot, un reconocido psicoanalista, vive atormentado por el final de una turbulenta historia de amor que le ha hundido en la angustia y la soledad más insoportables. A sacarle de su letargo llega Paula, una joven de veintisiete años que irrumpe en la vida de Pablo con una historia que, aparentemente, nada tiene que ver con él. Se trata del asesinato de su padre, un poderoso empresario cuyo cadáver apareció acuchillado en un descampado cercano a su casa meses atrás. Todo apunta a que el asesino es el hermano de Paula, Javier, que sufre graves problemas psicológicos y para el que la joven necesita que Rouviot elabore un informe que le exima de responsabilidad penal.
Sin embargo, antes de dar una respuesta, Pablo quiere saber más sobre el caso y, sin darse cuenta, acaba enredado en una trama siniestra en la que nada es lo que parece: médicos, abogados, policías y amantes se confabulan para mantener a salvo una historia familiar llena de secretos. Desde ese momento, el día a día de Rouviot se convierte en una pesadilla en la que sólo le mantiene a flote una obsesión: descubrir la verdad, por muy dolorosa que sea."
SINOPSIS
"La segunda guerra mundial no sólo se cobró vidas humanas: el patrimonio artístico europeo fue también víctima de la barbarie nazi, que ejerció de forma sistemática el pillaje y el saqueo de obras de arte de todo tipo, incluidos cuadros de Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Van Dyck y Vermeer, robados para Hitler y otros dirigentes del nacionalsocialismo. En total, más de cinco millones de objetos fueron confiscados y trasladados a los territorios del Tercer Reich durante los primeros años de la guerra.
Para evitar la desaparición y el deterioro de ese enorme legado cultural, cuando la guerra encaraba su fase decisiva los aliados crearon la sección de Monumentos, Bellas Artes y Archivos, en la que hasta 1951 trabajaron algo más de trescientas personas de trece países distintos. En su mayoría no eran militares, sino directores de museos, conservadores, historiadores y profesores de arte que utilizaron sus conocimientos para recuperar, catalogar y devolver a su legítimo lugar cuadros, esculturas y retablos, y para proteger abadías, iglesias y otros edificios históricos de los estragos de la guerra.
Los miembros de la sección de Monumentos, conocidos como Monuments Men, encararon en aquellos años cruciales una carrera contrarreloj para salvar tesoros culturales de la destrucción, ejerciendo a menudo una labor detectivesca a través de documentos recuperados en catedrales bombardeadas y museos, y gracias a pistas conseguidas con la ayuda de la población local. Se convirtieron de este modo en héroes improbables sumergidos en el epicentro de la peor guerra del siglo XX, que arriesgaron sus vidas y en algunas ocasiones la perdieron, y que, como tantos otros que vivieron aquella época, personificaron el coraje que permitió que la mejor humanidad derrotara a la peor."
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